Respira y camina despacio (Carta a mi yo de 2015)

miércoles, 30 de marzo de 2016




Chiquilla.

Estás aquí. Respira. 

Sé que ahora mismo sólo piensas en querer desaparecer, en hundirte en la negrura y que todo desaparezca. Lo sé porque de vez en cuando esas crisis aparecerán de nuevo y te sentirás impotente por unas horas pero lograrás superarlas. Tendrás unas cuantas, otras veces lograrás controlarlas pero estarán latentes siempre, esperando que bajes la guardia para atacarte. Es importante que te concentres en cosas que te gusten. En la escritura, en
pintar, incluso en salir y bailar.

Sé que tienes un vacío que nada podrá llenar, pero créeme, lo irás llenando, poco a poco. Nadie dijo que sanar las heridas era sencillo, pero date paciencia. Espera hasta el mes de los veintiocho días y a la cuarta semana, mírate dentro. Verás que ese vacío está un poco más pequeño, y notarás como la vida vuelve a fluir por todos lados. Te asustarás de los latidos del
corazón, que hacía meses que no lo escuchabas bombear. Te asustarás de ver fluir la vida por las venas, y es que por fin has dejado de estar clínicamente muerta por dentro y por fuera. 

Superar las despedidas es complicado, y más si tus ojos siguen mirando al mar cuando pueden. No dejes que se te llenen de océanos las pupilas, no dejes que las tempestades terminen de arrancarte la chispa de la vida. Vas a seguir escribiendo sobre olas, acantilados, profundidades y la belleza que guarda lo claroscuro del mar. Vas a seguir viendo cómo las olas abrazan otras orillas mientras tú sigues mirando los faros de las fotografías, deseando poder volver a tocar el mar. 

Vas a seguir cayéndote, literal y metafóricamente, y vas a seguir teniendo días tediosos, cansados y tristes -las noches seguirán destruyéndote, pero una luz morada te ayudará a superar a los monstruos. Llorarás, mucho, casi como siempre. Y habrá días en los que puedas ponerle nombre y apellidos, y otros en los que no sepas ni situarlo en el mapa.

Camina despacio.

Camina despacio que van a regalarte luces y bailes, sonrisas y quizás algún que otro beso. Camina despacio que van a guiarte a lugares hermosos, pequeños rincones, refugios donde descansar una cabeza que a veces piensa demasiado. 

Puedo prometerte que, a pesar de todo lo malo que vino y lo que vendrá, las cosas irán a mejor. No sé cuándo, ni como, pero llegan. 

Ahora respira. 

Inspira.

Respira.

Y recuerda, siempre recuerda, que podrás con todo lo que te pongan por delante, por imposible que parezca. 

Eres fuerte y valiente, pequeña. 

Ahora, descansa.

2 comentarios:

  1. Todos deberíamos escribirle cartas a nuestro "yo" del pasado.
    A veces es el empujoncito que hubiéramos necesitado.

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  2. Puede que vuelvas a tropezar, a caer, pero volverás a levantarte.

    Abrazo muy grande

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